lunes, 29 de septiembre de 2008

JORNADA DE MOVILIZACION EN TORNO A LA ALIANZA POR LA CALIDAD EDUCATIVA Y EL MODELO SINDICAL

Por: José Emeterio Martinez Anastacio

Xalapa, Ver.-Sin lugar a dudas, aun dentro del clima de inseguridad pública que se respira en el País destacan las movilizaciones de trabajadores de la educación que se desarrollan en algunas entidades de la República: Morelos, Quintana Roo, Coahuila y Querétaro, sin que esto quiera decir que en otras no se estén dando, aunque a otro nivel, con la particularidad de que esta jornada expresa el descontento de los trabajadores por algunas medidas de la “Alianza por la Calidad de la Educación” y otras de la política sindical en el pasado reciente.

Aun cuando se dijo que el Examen Nacional sería una medida que otorgaría mayor transparencia y confiabilidad a la asignación de plazas y que combatiría la corrupción, hoy es un motivo de movilización por sus consecuencias. Y hoy se movilizan desde maestros hasta estudiantes, normalistas y padres de familia.

Pero esos contingentes que se ven tan nutridos no solo se integran por los interesados en que se puedan “heredar”
* las plazas y que son trabajadores de base, no, también se componen de dirigentes de algunos niveles sindicales, porque ese mecanismo fue un mecanismo de control que contribuía en las secciones para crear condiciones de estabilidad sindical**.

Muchos han opinado cuestionando estos acontecimientos, pero hasta hoy pareciera que nadie ha demostrado la ilegalidad de lo que se venía ejerciendo como derecho a la propuesta sindical. Tampoco se ha demostrado que esa posibilidad estuviera impedida para familiares.
Notablemente esta movilización ha alcanzado también a aquellos trabajadores que en otras coyunturas no se habían identificado con alguna expresión sindical ni con los métodos de la movilización callejera y el paro de actividades laborales. Si bien esto ha sido importante para alcanzar el impacto social del momento, también es cierto que a esta movilización, si la medimos con los criterios clásicos de aquellas reivindicativas de salario y prestaciones, se presenta vulnerable. Esa vulnerabilidad estriba no solo en la debilidad de argumentos de algunos de sus voceros que no rebasan en contenido al sentido común (“es que antes se podía y de repente ya no, no es justo”) tampoco es por la descalificación mediática y de la propia dirigencia del sindicato (quienes en este momento si en algo coinciden, es precisamente en el uso peyorativo del término “herencia de las plazas”, sugiriendo el abuso, como si la exigencia de los movilizados fuera la sucesión en el empleo garantizada por vía de testamento ).

La vulnerabilidad estriba justamente en que este es el sindicalismo reivindicativo de aquello que los trabajadores sienten más inmediato y suyo, sin que necesariamente puedan explicarlo en detalle. Un sindicalismo con todo y sus bemoles, que los neoliberales se han preocupado de colocar en el palco del “conservadurismo”, como si ajustarse a la flexibilización laboral fuera lo “de avanzada”, o el “no nos queda de otra”. A ese “conservadurismo” se le señala como muestra del pasado, de un modelo de estado al que correspondía un modelo de sindicalismo corporativo que está dejando de ser interesante para ser sustituido por otro, que también es corporativo, pero que habla de la necesidad de reconocer que existen cosas que debemos “modernizar” (¿Qué no habíamos quedado en que ya éramos modernos?). Lo que no se quiere entender es que ahí donde se dice “Queremos que todo siga igual”, lo que se está diciendo es “No queremos perder derechos”.

De tal manera que lo que refleja esta jornada es la incertidumbre creada en los sindicalizados por los virajes de la política de una dirección sindical que se dispuso a adoptar nuevas reglas sin mayor preámbulo y sin mayor procesamiento que las decisiones de los órganos superiores de gobierno del sindicato. (¿Cuáles órganos superiores? Que no lo que cuenta es la decisión de EEG?

Al parecer, lo que ayer se justificaba y era útil pasó a ser modificable. El uso de nuevos paradigmas administrativos se inicia con nuevas reglas para las contrataciones, aduciendo la necesidad de transparencia en el proceso (¿entonces antes no lo era?).
* No sucede así con la venta de plazas, que se supone un mecanismo de complicidad sindical y oficial para conseguir dineros ilegales. Pero la herencia era un mecanismo que generaba seguridad de empleo a hijos de trabajadores, previa jubilación del titular, conforme al Artículo 62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado Reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional, y que se concretaba con la propuesta sindical de hasta un 50% del personal para nuevas contrataciones
** Artículo 62.- Las plazas de última categoría de nueva creación o las disponibles en cada grupo, una vez corridos los escalafones respectivos con motivo de las vacantes que ocurrieren, y previo estudio realizado por el Titular de la Dependencia, tomando en cuenta la opinión del Sindicato, que justifique su ocupación, serán cubiertas en un 50% libremente por los Titulares y el restante 50% por los candidatos que proponga el Sindicato (Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado Reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional).

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